Leemos porque el mundo es imperfecto

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Juan Villoro: leemos porque el mundo es imperfecto

Noticias EFE

Manuel Fuentes

Santiago de Chile, 25 feb (EFE).- Los seres humanos "leemos porque el mundo es imperfecto y necesitamos completarlo a través de historias", declaró hoy a Efe el novelista mexicano Juan Villoro.

"Ése es el secreto de la lectura", enfatizó Villoro, escritor y periodista nacido en Ciudad de México en 1956 y que este miércoles participó junto con su colega chileno Antonio Skármeta en la inauguración del I Congreso Iberoamericano de Literatura Infantil y Juvenil.

La primeras lecturas son esenciales en el ser humano, porque es es el momento en que la cultura se asocia con el afecto, opina el autor de "Dios es redondo".

"Cuando una madre o un padre lee un cuento a sus hijos, convierte la lectura en una forma de compartir las emociones filiales; a partir de ese momento, los niños asocian las historias con el afecto de sus padres", agregó.

Villoro sostiene que "es decisivo empezar a leer desde niño", aunque haya lectores tardíos -como él mismo, que a los quince años "sufrió" con el desgarrador relato de "Corazón", de Edmundo de Amicis- o personas que descubren el placer de la lectura ya siendo adultos.

"Los niños que tienen el hábito de lectura crecen con muchas más herramientas críticas para enfrentar una realidad que está mal hecha, porque ése es el secreto de la lectura: leemos porque el mundo es imperfecto".

Hasta hace un par de décadas, lo normal es que los niños jugaran en la calle. Esa situación hoy ha cambiado. Muchos chicos tienen sofisticados celulares y potentes computadores, "y a eso hay que añadirle la inseguridad en algunos países como México, donde salir a la calle es un asunto de alto riesgo".

"Yo crecí toda mi vida en la calle", rememora el autor de "El testigo". "Mis padres no sabían nunca en qué lugar exacto me encontraba y le decían a los vecinos del barrio que si me veían por ahí, me dijeran que ya me fuera a cenar".

Las nuevas herramientas llevan aparejadas nuevas destrezas y habilidades, "pero también cierto aislamiento en los niños que pasan horas y horas así", advierte.

"En Japón, un país muy tecnologizado, se habla del fenómeno de los "hikikomori", los autistas electrónicos, niños que se aislan de sus familias e incluso dejan de estudiar y no salen de su cuarto; se trata de un problema social", asegura.

Villoro -entusiasta aficionado al fútbol, la música rock y el cine- dice que "hay que plantearse cuáles son los límites de las nuevas tecnologías, en qué momento dejan de ser una herramienta y se convierten en una adicción destructiva".

"El libro, que es una de las más antiguas tecnologías, no pelea contra los usos contemporáneos, sino que los complementa y puede convivir sanamente con ellos", afirma.

El ganador del Premio Internacional de Periodismo Rey de España 2010 con el reportaje "La alfombra roja, el imperio del narcotráfico" no comparte el rechazo que ha suscitado entre algunos escritores la aparición de bibliotecas virtuales como Google Books.

"No creo que tengamos que preocuparnos, son fenómenos paralelos de circulación", asegura.

El problema de la tecnología, en su opinión, no es la competencia con otro tipo de herramientas, como los libros, "sino que combate contra sí misma", porque los libros electrónicos, los buscadores en línea o las descargas en Internet van a quedar obsoletos en unos pocos años más.



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1 Response to Leemos porque el mundo es imperfecto

26 de febrero de 2010, 10:13

En definitiva para mí es importante que un niño empiece a interesarse en la lectura desde pequeño. Mi comentario será desde mi perspectiva como mamá. Con mi hijo de dos años trato de darme espacios y crear momentos especiales para acercarnos a un libro y compartir con él lo interesante que es un libro, aunque él no entienda ni una sola palabra. Para mí es importante que vea las hermosas imágenes que puede encontrar en ellos (quizá que hasta distinga alguna letra que está viendo en la guardería) y que sea un momento de recreación como cualquier otra actividad; pues desgraciadamente, a mi pequeñito ya no le tocó vivir una época como mi niñez donde uno podía salir a jugar a la calle sin que mamá supiera donde estaba toda la tarde; y sin embargo, estaba confiada que estaba bien, jugando por algún lugar de la privada. Desgraciadamente en la actualidad esto no es posible. Si no hay un adulto vigilante de las actividades de esparcimiento que se desarrollan fuera de casa, éstas tiene que hacerse al interior, y a mi ver (por lo menos ese es mi ideal) no quiero un niño “zombie” de televisión, videojuegos y computadoras. “No hay mejor amigo que un libro”, me decía mi abuelita May cuando me terminaba de leerme una fábula de un hermoso libro que mandó a comprar a México especialmente para mí.
Dice Villoro que "los niños que tienen el hábito de lectura crecen con muchas más herramientas críticas para enfrentar una realidad que está mal hecha, porque ése es el secreto de la lectura: leemos porque el mundo es imperfecto". Más que leer porque el mundo es imperfecto (porque no pueden salir los niños a la calle a jugar porque corren riesgos de que los roben para… ya no se sabe ni para qué, pues en el mejor de los casos es para una familia sin hijos, en el peor abuso sexual, trata de menores y demás), creo que el estimular esa fértil imaginación visualizan un mundo mejor y de ahí el nacimiento de grandes líderes. Habría que revisar qué leyeron de niños los grandes hombres y mujeres que marcaron un cambio en la historia.

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