Leemos porque el mundo es imperfecto

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Juan Villoro: leemos porque el mundo es imperfecto

Noticias EFE

Manuel Fuentes

Santiago de Chile, 25 feb (EFE).- Los seres humanos "leemos porque el mundo es imperfecto y necesitamos completarlo a través de historias", declaró hoy a Efe el novelista mexicano Juan Villoro.

"Ése es el secreto de la lectura", enfatizó Villoro, escritor y periodista nacido en Ciudad de México en 1956 y que este miércoles participó junto con su colega chileno Antonio Skármeta en la inauguración del I Congreso Iberoamericano de Literatura Infantil y Juvenil.

La primeras lecturas son esenciales en el ser humano, porque es es el momento en que la cultura se asocia con el afecto, opina el autor de "Dios es redondo".

"Cuando una madre o un padre lee un cuento a sus hijos, convierte la lectura en una forma de compartir las emociones filiales; a partir de ese momento, los niños asocian las historias con el afecto de sus padres", agregó.

Villoro sostiene que "es decisivo empezar a leer desde niño", aunque haya lectores tardíos -como él mismo, que a los quince años "sufrió" con el desgarrador relato de "Corazón", de Edmundo de Amicis- o personas que descubren el placer de la lectura ya siendo adultos.

"Los niños que tienen el hábito de lectura crecen con muchas más herramientas críticas para enfrentar una realidad que está mal hecha, porque ése es el secreto de la lectura: leemos porque el mundo es imperfecto".

Hasta hace un par de décadas, lo normal es que los niños jugaran en la calle. Esa situación hoy ha cambiado. Muchos chicos tienen sofisticados celulares y potentes computadores, "y a eso hay que añadirle la inseguridad en algunos países como México, donde salir a la calle es un asunto de alto riesgo".

"Yo crecí toda mi vida en la calle", rememora el autor de "El testigo". "Mis padres no sabían nunca en qué lugar exacto me encontraba y le decían a los vecinos del barrio que si me veían por ahí, me dijeran que ya me fuera a cenar".

Las nuevas herramientas llevan aparejadas nuevas destrezas y habilidades, "pero también cierto aislamiento en los niños que pasan horas y horas así", advierte.

"En Japón, un país muy tecnologizado, se habla del fenómeno de los "hikikomori", los autistas electrónicos, niños que se aislan de sus familias e incluso dejan de estudiar y no salen de su cuarto; se trata de un problema social", asegura.

Villoro -entusiasta aficionado al fútbol, la música rock y el cine- dice que "hay que plantearse cuáles son los límites de las nuevas tecnologías, en qué momento dejan de ser una herramienta y se convierten en una adicción destructiva".

"El libro, que es una de las más antiguas tecnologías, no pelea contra los usos contemporáneos, sino que los complementa y puede convivir sanamente con ellos", afirma.

El ganador del Premio Internacional de Periodismo Rey de España 2010 con el reportaje "La alfombra roja, el imperio del narcotráfico" no comparte el rechazo que ha suscitado entre algunos escritores la aparición de bibliotecas virtuales como Google Books.

"No creo que tengamos que preocuparnos, son fenómenos paralelos de circulación", asegura.

El problema de la tecnología, en su opinión, no es la competencia con otro tipo de herramientas, como los libros, "sino que combate contra sí misma", porque los libros electrónicos, los buscadores en línea o las descargas en Internet van a quedar obsoletos en unos pocos años más.



Nuevas tecnologías de la información...

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Quizás el leer extensos libros teóricos sobre las nuevas tecnologías de la información es algo irónico. Las nuevas tecnologías de la cual Internet es el mayor plataforma, con muchos productos inesperados hace unos años como blogs, redes sociales, canales de videos, intercambio de música, bibliotecas de series, de donde bajamos el capitulo que perdimos y hasta granjas donde cultivos jitomates aunque hayas nacido en concreto.

Van 5 pequeños videos extraídos de youtube, pero seleccionados con cuidado por resumir temas que son de actualidad para el diseño de la información, y que formaran parte de nuestros últimos tópicos del temario.

1) Breve historia del Internet

Es la parte más desconocida, esa que solo los que estudian ingieneria en computación o en sistemas conocen. Pero que es una parte esencial de nuestra historia actual, no sobra conocerla y más si nos la explican amablemente en 8 minutos de animación.


2) Blog's

Al leer esto, ya sabes como funciona un blog. Pero es interesante la breve reflexión de este medio de comunicación como parte del periodismo del siglo XXI.


3) Redes Sociales

Las redes sociales como Facebook, Hi5, MySpace, toman su nombre de un concepto antropológico, que explicaba la relación de las personas por medio por redes de personas, donde cada nodo unía al otro. De esta manera parte del éxito profesional, por ejemplo, no dependía solamente de la educación formal, o del nivel adquisitivo sino del capital cultural y de las redes sociales (personales, familiares, gremiales) que lo contactarían con las oportunidades de desarrollo.

Este video explica este concepto y como este concepto se lleva a la realidad por medio de la enlaces virtuales.


4) Facebook

En mi facebook, tengo como "amigos" a la mayoría de ustedes. Lo cual evidencia lo profundo que esta aplicación en linea a influido en parte de nuestra sociedad. Este video, si bien de tono ligero, resume bastante bien el origen de esta publicación. La cual luego de google es la página más visita del mundo.


5) Twitter

En otra entrada, pusimos un artículo mucho más amplio sobre twitter. Aquí en tres minutos resumido como fue el inicio y parte del desarrollo y potencial de este medio de comunicación, que es de los "hijos" más inesperadamente exitosos de internet.


6) Pd.

Pensaba cerrar esta relación de "nuevos medios" con la granjita (farmville). Buscando algún video serio al respeto, encontré esta recopilación de videojuegos electrónicos, generado por un medio tradicional (periódico impreso), para su versión digital.


¡Saludos a todos!

La curiosa historia del Times New Roman

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Nota (MDE): Una vez vista la película de Helvetica, donde apreciamos la importancia de la letra impresa como pilar cultural, les comparto este artículo publicado hace un año en el Financial Times, que trata del "origen" de otra celebridad tipográfica, en este caso la Times New Roman, que hasta los años 80 era la tipografía mas usada para periódicos (New York Times, The Times, El País, entre otros...) y que a partir de la popularización de microsoft word es la más impresa de nuestro tiempo.



Por Joel Alas, Financial Times


Mike ParkerEn su apartamento con vista a los muelles de pesca de Portland, en el estado norteamericano de Maine, Mike Parker estaba dando los retoques finales a un tipo, afinando unas pocas obstinadas serifas y engrosando algunas rectas verticales. El tipo —hoy se dicefuente1— era perfectamente reconocible, incluso para quienes no se interesan en diseño tipográfico. Parecía un Times New Roman, pero en la hoja de muestra de Parker llevaba un nombre diferente. «Yo lo llamoStarling, el nombre del hombre que la diseñó», dijo.

En su lanzamiento, en junio, el Starling fue presentado no exactamente como un nuevo tipo, sino como un desafío a la historia generalmente aceptada de uno de los tipos más usados del mundo. Y después de haber dedicado su vida a la tipografía, Parker está perfectamente al tanto de la controversia en la que está involucrado: la tipografía puede presentarse bajo una apariencia refinada, pero en realidad es una forma de arte marcada por acérrimas rivalidades y plagios descarados.

Hay que admitir que la historia de Parker sobre el origen real del tipo Times New Roman se basa en cimientos un tanto endebles. El único elemento que respalda su versión es un molde de latón con una gran letra B mayúscula, que él sostiene en alto para mostrar la forma familiar de la letra, con sus características curvas y serifas. El punto es, dice, que esos moldes de latón representan una tecnología que no se usa desde 1915, y la creación del Times New Roman fue anunciada en 1932.

Parker, que tiene ochenta años, es uno de los principales especialistas en tipografía del mundo. Como director de desarrollo tipográfico en la entonces formidable empresa Mergenthaler Linotype, entre 1950 y 1970, tuvo enorme influencia sobre los tipos disponibles para el público estadounidense. Fue él quien decidió introducir la Helvetica en el acervo de la Linotype, creando un diseño que mantiene su vigencia aún hoy. Pero desde que fue invitado a comienzos de los años noventa a examinar algún material de archivo, Parker decidió dedicar su tiempo a resolver un inquietante misterio.

La invitación provino de Gerald Giampa, un excéntrico impresor canadiense quien, en 1987, adquirió lo que quedaba de la empresa Lanston Monotype. Giampa escudriñó los archivos de la compañía, y aseguraba haber rescatado documentos referentes a un tipo que era conocido apenas como Número 54, el mismo, asegura Parker, que hoy conocemos como Times New Roman. Y estos documentos, que estaban fechados en 1904, llevaban el nombre de un diseñador diferente: William Starling Burgess.

«Gerald me envió algunos moldes y me preguntó: '¿No te resultan familiares?', Le contesté, 'sí, son Times New Roman', y él me dijo 'no, son mucho más antiguos'».

William Stanley BurgessWilliam Starling Burgess nació en 1878 en una familia acaudalada de Boston, y es recordado más bien como un consumado diseñador naval y aeronáutico, constructor de yates para las principales competiciones estadounidenses y aviones para los hermanos Wright. Pero Parker cree que antes de embarcarse en su carrera estelar en los cielos y en el agua, tuvo un breve pero rutilante devaneo con la tipografía.

Giampa asegura que, cuando empezó a investigar los archivos de Lanston Monotype, halló correspondencia entre la empresa y Burgess quien, en 1904, ordenó la fabricación de un tipo para ser usado en los documentos de su astillero de Marblehead, Massachusetts. Pero antes de que Lanston Monotype pudiera cumplir con el pedido —aseguraba Giampa— Burgess presenció uno de los primeros vuelos de los hermanos Wright, con lo que abandonó su interés por la tipografía y abrazó la naciente aviación. Sus dibujos originales fueron archivados por la compañía comoNumber 54, y quedaron durante décadas olvidados en un estante.

Molde de latónParker dice que en 1921 Lanston Monotype trató infructuosamente de vender el tipo Number 54 a una nueva revista estadounidense llamada Time. Poco tiempo después, los dibujos de Burgess cayeron en manos de Stanley Morison, un asesor en tipografía de la Monotype Corporation de Gran Bretaña, por intermedio de Frank Hinman Pierpont, un norteamericano que dirigía la fábrica de esa empresa en Surrey, y que hizo carrera reviviendo tipos antiguos.

A comienzos del siglo XX, la tipografía avanzaba a pasos agigantados, pero los diarios no avanzaban al ritmo de los cambios. El diario londinense The Timesusó un tipo grueso, con serifa, que resultaba pesado para el ojo y representaba un desperdicio de tinta y papel. Cuando Morison criticó al The Times por este tipo en 1929, el diario lo desafió a ofrecer algo mejor. En sus escritos, Morison dice haber buscado inspiración en una modificación de un tipo del siglo XVI llamado Plantin. El diario le entregó un bosquejo a uno de sus dibujantes,Victor Lardent, quien concluyó el diseño. Los dibujos de Morison-Lardent fueron aceptados y, el 3 de octubre de 1932, The Times fue a la imprenta estrenando su flamante tipo.

Sin embargo, otras fuentes sugieren que el rediseño fue mucho más desafiante que lo que Morison admitió. Él buscó y rebuscó entre incontables tipos que no tuvieron éxito y hasta requirió la ayuda de diseñadores externos, incluyendo el eminente tipógrafo Harry Carter, quien bosquejó algunas propuestas. Algunos años después, el hijo de Carter, Matthew, él mismo un celebrado tipógrafo, halló aquellas hojas abandonadas de bosquejos en el cajón de calcetines de su padre. «Cuando le pregunté que había ocurrido con aquello, mi padre se limitó a reír y me contestó que Morison jamás le había respondido».

Parker cree saber por qué los dibujos de Carter fueron abandonados: a Morison le habían llegado por entonces los diseños del tipo Number 54presumiblemente robados por Pierpoint. Parker no conoce razón exacta por la que llegaron a las manos de Pierpoint, pero tiene una teoría. «Morison no tenía límites», dice Parker, quien tiene numerosas anécdotas sobre sus numerosos encuentros, las cuales pintan un cuadro de un hombre malicioso y taimado. Morison nunca pretendió el crédito por el diseño del tipo, pero reivindica al menos haberlo «imaginado». Años después del lanzamiento de único tipo que se le atribuye, escribió: «Tiene el mérito de que no parece haber sido diseñado por nadie en particular».

Hasta hoy, Giampa2 y Parker son los únicos que reivindican haber visto la mayor parte de las pruebas que respaldan la autoría de Burgess pero desafortunadamente, nadie más tuvo la oportunidad de verificar sus afirmaciones. En 1918, un incendio destruyó el astillero de Burgess, incinerando documentos que podrían haber arrojado luz sobre sus actividades en 1904 cuando, según Parker sugiere, habrían sido confeccionados los dibujos originales del nuevo tipo. Del otro lado del océano, una bomba estalló en 1941 cerca de la sede en Londres de Monotype Corporation, destruyendo mucha información sobre las actividades de Morison en el rediseño del tipo para The Times.

Todo lo que quedaba eran los archivos de Lanston Monotype en posesión de Giampa, hasta que ellos también sufrieron un desastre. En enero de 2000, la casa de Giampa se inundó y se perdió un siglo entero de historia de la imprenta. «El grueso de los archivos terminó en un contenedor de escombros», dijo Giampa. Hay un segundo archivo de los dibujos de Lanston Monotype en el Smithsonian Institute en Washington, pero están fuera del alcance de los investigadores, porque el local se contaminó con amianto y plomo, y debió ser clausurado por tiempo indeterminado. Pero antes de que eso ocurriera, en 1996 Parker había visitado el Smithsonian en 1996 y copiado los dibujos del Number 54.

En tipografía, no hay peor insulto que una acusación de plagio. Cuando Parker presentó su teoría sobre los orígenes del Times New Roman, fue objeto de un coro de críticas. El autor británico Nicolas Barker, biógrafo de Morison, calificó la teoría como un «desorientado intento de cambiar la historia». «Es una creación de Mike Parker, quien lo hizo en parte como chiste, pero en parte para ayudar a su amigo Gerald Giampa,» afirma Barker. «Giampa era el potencial beneficiario pues si hubiera podido demostrar que el diseño era una copia de la versión británica, existía la posibilidad de establecer un derecho de patente de los diseños, al menos en Estados Unidos. Esa es la única razón lógica que logro imaginar por la cual ellos podrían querer producir una historia que no fuera un chiste infantil», expresó. Parker contestó que Barker era un «amigo de Monotype», que ha escrito varios libros y artículos sobre Morison.

Barker y otros dicen que Parker fracasó en su intento de producir alguna prueba concluyente de sus historia, afirman que se trata de una especulación divertida basada en documentos que nadie vio. Otro crítico es Jim Rimmer, un diseñador canadiense de tipos que vive en Vancouver, quien calificó a Giampa como un «mentiroso patológico». Rimmer dijo que había tratado a Giampa durante 35 años y lo calificó como un «bromista» que había inventado la historia de Burgess «como forma de hacerse importante».

En cambio, Matthew Carter, diseñador de los tiposGeorgia y Verdana, se cuenta entre aquellos que creen que la historia de Parker es «muy verosímil». Recuerda claramente a Stanley Morison, un hombre al que cree capaz de llegar a eso. «Conocí a Morison y la compañía [British Monotype], que en su apogeo fueron la empresa más arrogante» del ramo, aseguró Carter. «Morison tenía un carácter muy complejo. Le gustaba hacer bromas; le interesaba el poder y le gustaba actuar entre bambalinas. Yo puedo creer que a él le hubiera gustado tomar parte en una estratagema como ésta, pese a que todavía no sabemos la verdad», declaró.

El propio The Times ha empezado a aceptar la posibilidad de una historia alternativa para su famoso tipo. El diario ya reconoció que el Times New Romanfue diseñado por Stanley Morison, Victor Lardent «y posiblemente Starling Burgess».

Poco antes de su muerte en junio, Giampa defendió su reputación. Detrás del mostrador de una casa de antigüedades situada sobre la costa de Vancouver, el pintoresco impresor canadiense aseguraba que él de ninguna manera había fabricado la historia de Burgess, y sostenía que ella se basaba en los documentos y en los moldes que había hallado en el archivo de la Lanston Monotype. Todos esos registros se perdieron en la inundación de la isla Prince Edward Island, dijo, excepto el molde que obra en poder de Mike Parker. Y es sobre este molde que reposa hoy toda la teoría Burgess.

Junto con el tipo Starling-Roman, Parker liberó una serie de las correspondientes bastardillas. Asegura que en 1904 Burgess diseñó cinco letras de bastardilla para acompañar el tipo Number 54, antes de abandonar la tipografía para dedicarse a la aviación. Parker tomó para sí la misión de terminar el trabajo y ha dedicado los últimos cinco años a dibujar cuidadosamente los elegantes tipos inclinados de una grácil bastardilla.

«La itálica de Morison no era muy buena», dice de la versión actual del Times New Roman, que considera una creación de Morison-Lardent. «No coincidía en nada con el tipo Roman; era una bastardillaMonotype», comenta. Ahora Parker está dedicado a rectificar este tipo dotándolo de la bastardilla que merece. Exceptuando los cinco caracteres inspiradores, se trata íntegramente de un trabajo propio de Parker y, cabe destacar, la principal creación tipográfica de su vida. Después de haber pasado décadas en el ramo, Parker se ha convertido en un creativo administrador y en un investigador, pero nunca fue un tipógrafo propiamente dicho.

Y ésa es, por supuesto, la fuerza real que está por detrás del entusiasmo de Parker por la historia de William Starling Burgess: con ella le fue dada por primera vez la oportunidad de crear su propio tipo.

Traducción de Ricardo Soca

1 Fuente es un anglicismo difundido por la Microsoft a partir de su sistema operativo Windows. En español se dijo siempre tipos.

¿Quién dirige Twitter?

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Los fundadores de Twitter crearon un simple servicio de mensajería. Los usuarios lo convirtieron en algo mucho más grande. La pregunta sería: ¿y ahora quién está a cargo?

En agosto pasado, la gente que aparentemente está al frente de Twitter (es decir, el pequeño equipo que hace tres años lanzó el medio de comunicación de mayor crecimiento del mundo) anunció un cambio relativamente menor en cuanto al funcionamiento del sitio. Este nuevo giro tendría un ligero impacto en cuanto al "retwitteo", la convención mediante la cual los usuarios de Twitter "repostean" los mensajes de otras personas que les parecen interesantes o graciosos, poniéndolos en su status para que los vean sus propios followers. Los retweets se abrevian RT, y casi siempre citan al autor, apelando a su nombre de usuario.

Algo muy importante es que los que aplican el "retwitteo" a menudo añaden un comentario acerca del contenido que han "retwitteado".

Sin embargo, había un problema con este cambio en la manera de dar retweet: Twitter no inventó el "retwittea", lo crearon los propios usuarios de Twitter. En un blog en el que explicaba los cambios que se harían a los retweets, el segundo de a bordo de la compañía, Biz Stone, dijo que los usuarios eran "un gran ejemplo de cómo Twitter nos va mostrando lo que quiere ser". Las buenas noticias, como él dijo, era que Twitter estaba integrando la herramienta de retweet directamente en la arquitectura del sitio. Lo malo era que el "Proyecto Retweet" no tomó ninguna clase de providencia para los comentarios que a los usuarios le gustaría agregar. y no les tomó mucho a los usuarios emitir una respuesta: ¿cómo se atreve Twitter a meterse con ... Twitter? Dan Zarrella, quien se autodescribe como "científico del marketing viral, social y de búsquedas" publicó una apasionada apología en su status, declarando que Twitter "estaba a punto de eliminar por completo todo el valor de los retweets".

Esa misma noche, Zarrella creó un hashtag -otra convención emanada de la base de usuarios de Twitter, que permite agrupar los temas de conversación-llamado #saveretweets. A unos cuantos "tuiteros" les pareció bien, pero uno de ellos, experimentado en la inflexible brevedad de Twitter, resumió el verdadero sentir de la mayoría: "Muy mal plan, lo odiamos".

El "incidente de los retweets" es un ejemplo de cuan lejos ha llegado Twitter en tan poco tiempo, y lo difícil que podría ser que en el futuro mantenga ese impulso. En un periodo asombrosamente corto, este servicio de mensajería –que en realidad lo único que hace es permitir la circulación de bloques de texto, de no más de 140 caracteres, entre una lista de personas que han escogido recibirlos- se ha posicionado como un sitio básico de las redes sociales, incidiendo también en campos como el comercio, las campañas electorales, los chismes de celebridades, las relaciones públicas, los medios de comunicación y hasta las protestas políticas. De acuerdo con ciertos documentos de índole interna que se filtraron durante el primer semestre del año pasado, la compañía esperaba contar con 25 millones de usuarios activos para finales de 2009, Y calcula unos 100 millones para cuando termine 2010. Para 2013, sus expectativas son convertirse en el primer servicio de Internet en reunir mil millones de usuarios.

Hay una gran diferencia entre un millón de adherentes (más o menos el número de personas que recibe los tweets del CEO de la empresa, Evan Williams, quien hace poco anunció el nacimiento de su primer hijo) y mil millones, una cifra que pondría a Twitter en las alturas, al mismo nivel de Google o el fútbol. ¿Será que algo tan elemental como Twitter de verdad tenga la capacidad de convertirse en uno de los pilares de Internet que trascenderán la historia?

A lo mejor, pero Williams y Stone están abordando la posibilidad de trascender de forma por demás inusual, ya que no tienen la mira puesta en defenderse de compañías como Facebook y Google (las cuales, por descabellado que parezca, están integrando a Twitter en sus propios planes de negocio, incluso aunque al mismo tiempo tomen acciones encaminadas a neutralizarlo o comprarlo).

Ni Williams ni Stone parecen preocupados por el factor dinero. Las ganancias de la compañía son modestas: de apenas alrededor de 4 millones de dólares el año pasado. Incluso así, se tiene noticia de que Twitter declinó una oferta de adquisición por 500 millones de dólares que le hizo Facebook en noviembre de 2008, y parece de lo más feliz al operar con sus 150 millones de dólares, cuando mucho, en fondos aportados por los inversionistas.

En lo que Williams y Stone sí invierten muchísimo tiempo es en tramar diferentes estratagemas dirigidas a elevar el coeficiente de felicidad de una fuerza de trabajo que aún no llega ni siquiera a 100 personas: cosas como almuerzos gratis y visitas motivacionales de políticos, cantantes y uno de los directores de la serie House. La idea es sentar las bases para una cultura corporativa que se sostenga incluso cuando, en algún momento, el número de empleados se dispare. "Siento que estamos un 1 por ciento metidos en esto -dice Stone-. No queremos ser como algunos niños actores que son muy populares de chiquitos y cuando crecen se vuelven súper raros".

Pero la verdad es que Twitter ya es raro: subió como la espuma sin saber bien a bien qué tipo de servicio brindaba; fueron los propios usuarios quienes lo definieron. Fueron los usuarios quienes convirtieron a Twitter en un organismo global, vibrante, que todo lo percibe y que al mismo tiempo aporta opiniones instantáneas y testigos oculares que reportan de todo, desde debates presidenciales hasta lesiones de fútbol.

Aunque a principios de 2009 la compañía promovió un diálogo titulado "¿Qué queremos ser cuando seamos grandes?", la Misión organizacional aún se está estructurando. "Si me pides que describa a Twitter en tres frases -declara Stone-, una de ellas sería 'no sé"'.

Lo más fácil sería calificar a Twitter como algo que salió bien por mera intervención de la suerte, una chiripa cuyo éxito radica en haber estado en el lugar correcto en el momento correcto: simplificarlo a ese grado deja fuera, por completo, su esencia. Cuando los creadores de Twitter diseñaron el servicio, tomaron una serie de decisiones deliberadas y cruciales (mismas que, en retrospectiva, parecen brillantes), que sentaron las condiciones que ahora permiten la innovación por parte de los usuarios.

La primera fue comprometerse con la sencillez. Aquí hay que recordar un poco de historia: la compañía anterior de Williams era una empresa de podcasts llamada Odeo. Cuando Apple empezó a distribuir podcasts en junio de 2005, Odeo se volvió redundante, así que Williams empezó a explorar nuevas ideas. Jack Dorsey, uno de sus ingenieros, tenía una que podría interesarle: updates de status, específicamente, reportes breves que suelen responder a preguntas del tipo "¿dónde estás? o ¿qué estás haciendo?". Dorsey sugirió un sistema que imitaba la simplicidad del SMS, para permitir a los usuarios enviar mensajes desde una computadora con conexión a Internet, o bien desde sus teléfonos celulares, para comunicar lo que estaban haciendo, en cualquier lugar donde estuvieran.

En marzo de 2006, un pequeño grupo, del que formaban parte Dorsey y Stone, construyó un prototipo en tan sólo dos semanas. "Lo más importante es que pensamos muy bien cómo dejar clara su esencia", dice Noah Glass, uno de los cofundadores de Odeo, que fungió como administrador del inicialmente denominado Twitter Project. El sistema recibía un mensaje del remitente para después "forwardearlo" a las personas correctas. Nada más. Sencillísimo.

La segunda decisión clave fue crucial: crear una asimetría entre los emisores y sus jollowers. No necesitan ser "amigos", ni siquiera estar en igualdad de condiciones. Cualquiera puede leer los updates de un emisor, y eso es poderosamente liberador. ''Algo que no me gustaba de las redes sociales era las situaciones incómodas que muchas veces pueden provocar los friend requests", dice Williams. Lo que él quería es que Twitter fuera más como hacer blogging, donde los lectores prestan atención a lo que verdaderamente les gusta.

Las implicaciones eran profundas y también resultaron inesperadas. Nadie creía que la gente fuera a querer seguir a personas que no conocía, o que las celebridades usarían Twitter para informar a sus fans acerca de sus actividades, o que los negocios lo aprovecharían para anunciar descuentos o lanzar nuevos productos. El permitir el acceso irrestricto al as followers a la larga se tradujo en que P. Diddy pudiera compartir el desarrollo de una sesión de sexo tántrico con 100.000 seguidores.

La tercera decisión clave fue abrir la puerta de Twitter a los desarrolladores de software desde el principio, permitiéndoles construir sus propias aplicaciones y servicios. Hasta podían desarrollar páginas que sustituyeran la página de inicio de Twitter con una interfaz más atractiva y funcional. "Creímos que a los geeks les encantaría, que sería genial -dice Stone-, pero no, nunca nos imaginamos que un día se iba a convertir en algo tan gigantesco".

Desde afuera, el valor de Twitter se ha potenciado de mil y un maneras, como por medio de la creación de un software con una serie de comandos que les permiten a los usuarios navegar por el "Twitterverso" de manera parecida a un encargado de seguridad de algún hotel de Las Vegas que vigila el área del casino. Hay otros servicios que permiten incluir un link a fotos o videos. A través de Twitter también han proliferado los servicios de acortamiento de las direcciones URL, que solía ser en otro

tiempo un área de las utilidades web que se resistía al cambio, pero que se ha vuelto vital en la medida en que la gente ha buscado incluir ligas a sus tweets sin que la dirección URL ocupe la mitad del espacio disponible.

Uno de los rasgos de transformación más evidentes de Twitter es que brinda la capacidad para ver millones de tweets, incluso los que se han posteado tan sólo unos cuantos segundos antes. Esto significa que cualquiera puede monitorear el tema de discusión más popular o tan sólo saber lo que dice la gente, en tiempo real, acerca de algún producto, o una película, o una celebridad.

La evolución de Twitter ha generado una nueva gramática, y la comunidad de adictos a Twitter ha creado muchas de las convenciones que ahora forman parte del servicio. Esto incluye los hashtags (a los que se antepone un signo de #) y el prefijo @ a los nombres de usuario. Las compañías que usan Twitter para monitorear información financiera adoptaron el signo $ para identificar nombres de acciones.

Para los fans de Twitter, el límite de 140 caracteres no constituye una limitación, sino un punto de partida. Puede que haya sido obvio para todos, desde un principio, que algo tan breve y efímero como un tweet no era lo más apropiado para un boletín de prensa, análisis político o una novela, pero la gente ha venido usando Twitter para este tipo de cosas de todos modos, enviando un tweet tras otro, lo que ha llegado a erigirse como un nuevo género de Internet.

En esencia, Twitter dejó una pelota y un bat en un campo y se retiró a un segundo plano, mientras veía cómo los usuarios inventaban el béisbol. Sin embargo, si Tweeter quiere convertirse en un negocio lucrativo, va a tener que agarrar el bat por sí mismo. Durante la mayor parte del tiempo a lo largo de los dos últimos años, lo que han intentado es que las cosas funcionen, reduciendo el fastidioso tiempo de espera que solía afectar al servicio y tratando de contener la cada vez mayor oleada de spam. "Finalmente estamos saliendo de este modo de 'bomberazo"', dice Stone. A partir de ahora, a la compañía le interesa que el servicio lleve su propia marca, mejorando su página de inicio, generando servicios propios y refinando las mejores ideas de los usuarios, como el "retuiteo".

La compañía ha iniciado, de hecho, una larga serie de contrataciones: entre los recién llegados están Douglas Bowman, uno de los diseñadores clave de Google; Alex Macgillivray, uno de los abogados principales de Google y quien se encargará de manejar posibles adquisiciones de tecnología; así como el nuevo CEO Dick Costolo, el cofundador de la compañía de actualización de noticias FeedBurner. Jeff Bezos, CEO de Amazon, es uno de los inversionistas. y en vista de que en septiembre del año pasado se acordó una inversión adicional de 100 millones de dólares, no hay duda de que la compañía crecerá mucho más y seguirá contratando colaboradores clave. Y a medida que lo haga, necesitará equilibrar ambición y humildad.

"No quisiéramos creernos demasiado listos y pensar que lo sabemos todo –dice Stone-, pero probablemente podamos brindar un mejor apoyo a nuestros desarrolladores, creando el futuro que ellos de verdad quieren".

Desde luego, dichos desarrolladores no van a estar muy contentos si Twitter termina compitiendo con ellos. Y puede que los usuarios no aprecien los afanes de mejoramiento de Twitter. Cada movimiento que hace la compañía es sometido a un riguroso escrutinio. Ahí está, por ejemplo, algo tan aparentemente inocuo como su Lista de Usuarios Sugeridos, una colección de alrededor de 200 celebridades, compañías y expertos en Twitter, que la compañía destaca como un punto de partida interesante para los recién iniciados. Esto se lanzó en febrero del año pasado y lo que siguió a continuación fue una indignación generalizada. El CEO de Mahalo, Jason Calacanis (quien hasta ahora no ha sido incluido en esta lista) lo consideró un privilegio concedido a ciertos usuarios favoritos y ofreció medio millón de dólares para comprar tres años de inclusión en la lista de los 20 principales usuarios.

La leyenda de la tecnología, Dave Winer, quien se describe a sí mismo como uno de los más grandes fans del sitio, estaba alarmadísimo por la manera como la compañía estaba discriminando a sus usuarios, y escribió en su blog que había que "quitarles ese poder de las manos a los directivos".

Stone y Williams esperan minimizar semejantes tensiones, pero también necesitan afirmar su control sobre su propio producto. No pueden evitar que millones de usuarios accedan al servicio sin pasar por su página de inicio. Y por increíble que parezca, Twitter no hace aplicaciones para teléfonos celulares u otros dispositivos móviles, con lo que básicamente le ceden la posibilidad de desarrollarlos a personas externas. Y no es que a Twitter le falte ambición. De hecho, el alcance de su ambición fue revelado en verano de 2009, cuando un hacker robó cientos de documentos confidenciales de la compañía y los filtró a TechCrunch. Uno de los puntos clave, que fue discutido durante una junta estratégica, dice: "Si tuviéramos mil millones de usuarios, ese sería el pulso del planeta".

La visión de Twitter alrededor de la construcción de su audiencia internacional tiene que ver con hacer tratos con las compañías de telefonía celular para que comercialicen aparatos con conectividad Twitter integrada directamente al buscador o las funciones de texto (esto ayudará a incrementar el uso de Twitter en naciones en vías de desarrollo, donde los SMS todavía predominan). La compañía también espera que cada dispositivo con conexión, como radios o consolas de videojuegos, cuente con contenido de Twitter. El pulso del planeta, ni más ni menos.

Esa es la razón por la que los gigantes de Internet, que de por sí compiten entre sí, están tan interesados -cuando no de plano obsesionados- en Twitter. A lo largo de los últimos meses, Facebook ha hecho algunas modificaciones que huelen a envidia de Twitter, como la posibilidad de compartir el status a todos los usuarios y adoptar el signo de @ para los nombres de usuario. Una versión más modesta de su servicio, Facebook Lite, parece demostrar que cuando el Facebook se reduce a su esencia, lo que se ve es una actualización en tiempo real que semeja un pariente cercano de Twitter.

Por su parte, Google ha llevado a cabo algunos ajustes sospechosamente enfocados a Twitter. Uno de ellos se llama PubSubHubbub, un protocolo de servidor que pretende hacer llegar contenido a nuevos usuarios de manera instantánea, ya sea que provenga de un blog, Facebook, de mensajería instantánea o de Twitter. Esto podría llegar a opacar la unicidad de Twitter, porque también brindaría breves bloques de información: en lugar de un universo de Twitter, lo que se tendría es una "Statusfera" distribuida a través de docenas o incluso cientos de compañías.

Williams y Stone, como ya habrás sospechado, no quieren que Twitter se convierta en un artículo de lujo. Lo que pretenden es ampliarlo de manera que llegue a ser tan vital para la vida social como actualmente es Facebook, y tan significativo para las búsquedas como Google. "Queremos que Twitter sea indispensable, para que la gente esté enterada de lo que necesita saber, lo que quiere saber y, con un poco de suerte, nada más", dice Williams.

Él cree que si Twitter logra hacer esto la compañía se volverá impresionantemente redituable, no importa lo que al respecto opinen los escépticos. En verano del año pasado, Williams fue invitado a la exclusiva conferencia de Allen & Company, a la que sólo asisten auténticos peces gordos, en Sun Valley, Idaho. Quedó atónito al oír a Barry Diller y a John Malone, dos leyendas de la era preinternet, proclamar que Twitter jamás haría mucho dinero. "Yo no salí en defensa de mi postura –confiesa Williams-, pero todos los expertos en Internet que había ahí se reían de ellos: ¿es en serio?, pero ¿ustedes entienden cómo fluye el dinero hacia Internet?

Cuando sabes que Twitter es un vehículo para canalizar información y tráfico a grandes audiencias, te das cuenta de que, obviamente, sí hay un gran negocio". ¿Y de qué se trata ese negocio?

Twitter no habla mucho al respecto, si bien un reciente cambio en sus términos y condiciones del servicio abre la puerta para poder explotar sus recursos, en un sentido financiero. Lo que sí puede revelar Stone es que la primera tajada de las jugosas ganancias será mediante la prestación de servicios a negocios que ya usan Twitter, ayudándolas a analizar lo que se dice y otorgándoles "cuentas verificadas" para que puedan comunicarse con sus clientes. Aunque eso no se oye muy impresionante: lo más probable es que Twitter gane más con anuncios dirigidos mediante las herramientas de Google -lo que fue otra de las posibilidades mencionadas en el documento ilegalmente sustraído-o Es probable que los montos más sustanciales de ganancias provengan del análisis y empaquetado de información de los millones de tweets que se almacenan de forma exclusiva en los servidores de Twitter. "Tenemos muchísima información por el momento -dice Williams-. y de seguir así en cinco años tendremos una cantidad inconmensurable".

Desde luego, la fuerza de Twitter, como compañía, radica en el hecho de que ya cuenta con miles de personas definiéndola y redefiniéndola cada día. Williams no tiene que darles un escritorio ni pagarles la comida. Que logre mantener contenta a esta fuerza de trabajo es una historia que se revelará, a razón de 140 caracteres cada vez, a lo largo de los próximos años.

Amarás al iPad sobre todas las cosas

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El nuevo producto de Apple ha suscitado en cuatro días reacciones de devoción y críticas

DAVID ALANDETE, EL PAÍS 31/01/2010

El mundo quería una tableta. Y Steve Jobs creó una. Pero no una tableta cualquiera. El consejero delegado de Apple creó el iPad, un nuevo tipo de producto en sí mismo. Con sus virtudes. Con sus defectos. Llamado a revolucionar el mundo de la tecnología. Ese dispositivo de 10 pulgadas (25 centímetros) tiene ahora ante sí una tarea de titanes: impulsar el mercado de los libros digitales, hacer de la prensa online un negocio rentable y atraer a las generaciones adultas a las nuevas tecnologías. Se le atribuyen todo tipo de bondades. Se esperan de él milagros. Ha suscitado, en cuatro días, reacciones de devoción y decepciones amargas. Del iPad se espera una revolución.

El dispositivo, de 10 pulgadas, aspira a impulsar el mercado editorial La revista 'The Economist' llama al artilugio "la tableta de la esperanza". Wired: "Es un Iphone gigante que no sirve para llamar por teléfono". Para 'The New York Times', "une lo mejor de la prensa escrita y lo digital"

Durante meses se había hablado incansablemente del advenimiento de la tableta, la nueva creación de Apple que iba a ser capaz de revolucionar el mercado tanto como el iPod revolucionó los reproductores de música o el iPhone la telefonía. Pero la promesa de un dispositivo de esa naturaleza viene de mucho, mucho tiempo atrás.

Hace una década ya se hablaba de una posible tableta de Apple. Antes incluso del nacimiento del iPod, que vio la luz el 23 de octubre de 2001. El diario USA Today publicaba el 25 de julio de 2000: "Apple tendrá que idear un nuevo truco el año que viene para suscitar el interés del consumidor". Y añadía: "La especulación se ha centrado en [...] una tableta del tamaño de un Macintosh".

Hoy, 10 años después, existe, por fin, el iPad. En los pasados meses, diarios y revistas publicaron vaticinios sobre la nueva tableta, llamándola iSlate, iTablet o iSlab. Los blogueros crearon imágenes falsas más o menos parecidas al proyecto real. "Crece el rumor de que Apple pronto desvelará un producto estilo tableta para consumir música, películas, libros y otro contenido media", decía Associated Press en enero.

Rumores. Ilusiones. Filtraciones. Todo llevó al gran momento del miércoles, en que Steve Jobs presentó un ordenador con una pantalla de 10 pulgadas, sin teclado físico ni puertos USB o HDMI, con conectividad exclusivamente inalámbrica, incapaz de ejecutar más de un programa a la vez, no compatible con los gráficos flash, dotado de un disco duro de entre 16 y 64 gigas y un precio de entre 300 a 600 euros.

La mañana de su presentación eclipsó todas las noticias. El consejero delegado de Apple fue el hombre del día: "¿Tenemos lo que se necesita para crear una nueva categoría de productos? El listón está muy alto. Tiene que ser excelente en sus funciones. Creo que tenemos el producto". En sus manos, el artilugio llamado a revolucionar la prensa y los libros. "La tableta de la esperanza", según The Economist.

La cuestión es si Apple ha presentado algo nuevo. Las tabletas existen casi desde que existen los ordenadores. En la película 2001: Odisea del espacio aparecía un prototipo similar al que mostró Jobs. Y precisamente en 2001 Bill Gates presentó otro prototipo de tableta para el que se creó un sistema operativo específico, pensado para convertir la escritura manual en texto digital. Actualmente, fabricantes como Asus, Toshiba o Lenovo fabrican tabletas.

Y aún así la de Apple ha generado todo tipo de reacciones. En su presentación, Jobs logró que le acompañaran representantes de uno de los diarios más prestigiosos del mundo, The New York Times, y de una de las mayores empresas de juegos online, Gameloft. Ha conseguido que, una semana antes del acto del miércoles, Amazon anunciara que abría su lector Kindle a aplicaciones de terceros, para dotarlo de más dinamismo. Y cinco editoriales se han ofrecido a formar parte de la nueva tienda de libros de Apple, iBooks: Hachette, Harper Collins, Macmillan, Penguin y Simon & Schuster.

Apple mueve montañas. Ha revolucionado el sector al presentar algo que ya se había fabricado pero, a la vez, ha logrado que el iPad, con sus particularidades, cree una categoría nueva en sí misma. Esta capacidad emana, en gran parte, de un hombre al que la revista The Economist retrata esta semana como un santo, mostrando a la humanidad la tabla (el iPad) de la ley: Steve Jobs, cofundador de la empresa y ausentado de ella a mediados de los ochenta, el hombre que volvió a tomar sus riendas en 1996 para producir, en serie, el iMac, el iBook, el iPod, el MacBook y el iPhone. Todos ellos, con un denominador común: "Simplicidad, elegancia, facilidad de uso, prestigio, y sensación de integración", explica Geoffrey Long, analista y profesor de nuevas tecnologías en el Massachusetts Institute of Technology. "Se ve a Apple como una marca de lujo, aunque la elevada difusión del iPod y el iPhone la convierten en un lujo que mucha gente se da el gusto de tener. Cuando Jobs sube a un escenario y dice que algo funciona, la gente lo compra".

Jobs tiene una forma inteligente de sorprender a la competencia y a los consumidores. "En el mundo de la informática, normalmente, se anuncian los productos con meses de antelación" explica el analista Mike McGuire, de la consultora Gartner. "Durante décadas, las empresas han anunciado los productos informáticos con suficiente antelación como para que las familias organizaran sus presupuestos y pudieran permitirse comprar un nuevo dispositivo". "Apple es otra historia", clarifica. "Usa el factor sorpresa. A excepción del iPhone, ha mantenido sus últimos productos en el más estricto silencio. Y tuvo que anunciar el iPhone porque, cuando lo registró como un teléfono en la Comisión Federal de Comunicaciones de EE UU, en 2007, la documentación al respecto quedaba al alcance de cualquier ciudadano. Al no informar de sus productos antes de vender sorprende a la competencia con el paso cambiado y no deja al consumidor tiempo para reaccionar. Apple tiene claro que si alguien se plantea una compra dos veces, puede que no la llegue a completar. Por eso, en su estrategia no queda espacio para la planificación. Apela al consumismo más primario".

De ese modo, es cierto que los medios y los consumidores llevaban años pidiéndole una tableta a Apple. La expectación ha sido tan grande, el listón tan alto, que la decepción era inevitable. Daniel Indiviglio, en The Atlantic, dice que el iPad "es como si un iPhone y un Kindle tuvieran un hijo, y le hincharan a base de esteroides". En la página Gizmodo, como en otras, se le critica que no sea compatible con Flash (unos gráficos que utiliza la inmensa mayoría de páginas web) y que no disponga de cámara. En Wired, un sitio web de culto para los amantes de la tecnología, se dice que "lo que Steve Jobs enseñó es, de hecho, poco más que un iPhone gigante. Un iPhone gigante que no sirve para llamar por teléfono".

De todos modos nadie le puede reprochar nada a Jobs o a Apple, porque lo único que ambos dijeron en los pasados meses sobre el iPad fue: "Ven a ver nuestra última creación". Apple no emitió un solo comunicado, ni produjo un solo anuncio publicitario o compró página alguna de publicidad. Finalmente, invitó, con aquella frase, a medios de todo el mundo (entre ellos EL PAÍS) a acudir a California el miércoles pasado, a un evento del que no se sabía nada con certeza.

Ahora, esos mismos analistas se preguntan cuál es el público que puede hacer del producto un nuevo éxito comercial para Apple. Hay muchos que creen que será el iPod de los baby boomers, la generación nacida entre 1945 y 1965, acostumbrada a la lectura de libros y diarios en papel, a ver la televisión en pantallas grandes, que han tenido que hacer un esfuerzo para adaptarse a la ubicuidad de Internet y a la presencia de la tecnología en casi cada aspecto de su vida.

"El iPhone no es perfecto para la generación del baby boom (que ahora cumple entre 45 y 65 años)", publica Gizmodo en una entrada titulada El iPad de Apple es para ancianos. "La pantalla y el texto son demasiado pequeños para los ojos de los mayores, el teclado es demasiado pequeño para escribir con comodidad, convirtiéndolo en algo inútil incluso para las tareas administrativas más básicas". El iPad sería, por tanto, un lector y reproductor multimedia para gente que no esté cómoda con los reducidos tamaños de las nuevas tecnologías y que no piense sólo en la portabilidad.

Ese puede ser el secreto del iPad, la clave de su posible éxito y la razón por la que podría salvar el futuro de los medios tradicionales, ansiosos por encontrar una forma de mantener a sus lectores y su publicidad a través de Internet. La prensa necesitaba ese tipo de esperanza. En un año, la crisis en ese sector ha obligado a cerrar 120 periódicos y ha dejado sin empleo a 21.000 trabajadores. El número de lectores desciende a diario. Según una reciente encuesta del Pew Research Center, sólo un 25% de los estadounidenses lee el diario en papel con asiduidad. En 2006 esta cifra era del 34%. Esa encuesta habla de un "vacío generacional" entre los lectores de prensa: un 55% de los nacidos antes de 1946 lee diarios, en papel o en la red. Esa cifra se reduce a un 42% para los nacidos entre 1946 y 1964, y a un 33% para los nacidos entre 1965 y 1976.

Y, de repente, ha llegado el iPad, que "une lo mejor de la prensa escrita con lo mejor del digital", según un directivo de The New York Times, Martin Nisenholtz, que presentó la aplicación de su diario para esa tableta junto a Steve Jobs. Su compañera en el mismo medio, Jennifer Brook, aseguró en ese mismo acto haber capturado "la esencia de leer un periódico". Decía esto mientras pasaba hojas en la pantalla del iPad. Como si fueran de papel. Porque el formato de 10 pulgadas del iPad lo permite. "Y permite diseñar el diario a la medida de cada uno, cambiando columnas, reformateándolo", añadió.

Para el Times, un iPad puede ser, de hecho, un sueño hecho realidad. Al fin y al cabo su aplicación para el iPhone se ha descargado ya tres millones de veces. A eso hay que añadir las monumentales cifras con las que se presenta Apple a sus posibles socios: 125 millones de cuentas de iTunes, con la información de 125 millones de tarjetas de crédito almacenadas en sus servidores, listas para ser cargadas con un solo clic por noticias sueltas o suscripciones mensuales. Teniendo en cuenta estos factores, es lógico que el Times anunciara el 21 de este mes que cobrará por sus contenidos online, algo que podría entrar en una amplia estrategia para reinventarse aprovechando la comercialización del iPad.

"Esta puede ser una señal para que los editores de periódicos, revistas y libros inicien la creación de una nueva generación de contendido multimedia, diseñado para ese tipo de tabletas", explica Ben Bajarin, estratega jefe de la consultora Creative Strategies. "Por primera vez, el sector puede tener ante sí la posibilidad de un modelo de negocio online rentable, que no sea totalmente gratuito. El modelo actual es imposible de mantener. Los medios ofrecen de forma gratuita en la Red contenidos que antes vendían. En principio se pensó que un modelo basado exclusivamente en la publicidad sustentaría el negocio. Pero no ha sido así. Ahora tienen la oportunidad de ofrecer un nuevo formato informativo online, a través del iPad y otros dispositivos, por el que cobrar y aumentar beneficios o salir de pérdidas".

Hay una diferencia sustancial entre el iPad y sus dos ilustres predecesores, el iPhone y el iPod. Nadie dio a éstos por ganadores antes de que nacieran. Muy pocos supieron ver la revolución que representaban. Y hoy, Apple ha vendido más de 42 millones de teléfonos y 240 millones de reproductores de música. Al iPad, en cambio, todos quieren verlo como ganador. Y sus riesgos de ser un fracaso son mayores. El anonimato suele ser el mejor aliado de los triunfadores.